domingo, 25 de abril de 2010

Pierrot le fou


PIERROT LE FOU
(JEAN-LUC GODARD, 1965)


Hace un tiempo en el blog, me tocó escoger la que considero la mejor película que he visto, mejor película de todos los tiempos pasados, presentes y futuros del mundo conocido, por conocer y hasta de mundos paralelos. Definitivamente pensé en Pierrot le Fou, por las razones que ahora paso a detallar.

Nouvelle vague es el término que se utiliza para designar a un grupo de directores franceses de los 60's. Esto no tendría nada de importante si no sería por que estos directores reconstruyeron el cine con sus propias reglas y en algunos casos con ninguna, para realmente romper todas las reglas.
De estos exponentes de la "nueva ola" francesa Jean-Luc Godard era el que filmaría la película que considero más importante, bella y vital del cine, Pierrot le fou.

Fotograma a fotograma esta película huele y destila poesía, utiliza la poesía para alimentarse y nos nutre con poesía visual.
Desde uno de los títulos iniciales más enigmáticos del cine, el Technicolor ausente en las anteriores películas del director nos transportan a la Francia de los 60, época en la que todos luchaban por su libertad de ser, de pensar, de vivir.

Y es así que el Godard nos lleva por diferentes caminos, por el cine noir, por la road movie, por el musical, por el existencialismo, por el romance.

Pierrot le fou no es una película apta para todos los gustos, a algunos les puede parecer aburrido ver una película sin una trama específica, que rompe la continuidad, que rompe el cuarto muro, puede llegar a desconcertar mucho por momentos, y es así que pude llegar a realmente disfrutar de esta película, viéndola repetidas veces, sonriendo con cada detalle, plano, escena, música y en especial por Anna Karina.

Anna Karina, la musa de Godard, es la mujer más hermosa que he visto en el cine, ninguna mujer viva o muerta puede compararse a la belleza de esta actriz nacida en Dinamarca. Verla cantar, caminar con la belleza que lo hace, hablar sobre la vida, el amor; y en especial, ese momento de complicidad que vivimos con ella cuando habla con Ferdinand, interpretado por Jean Paul Belmondo, él le dice, "Nunca me vas a dejar, lo prometes?", Marianne responde "Sí, lo prometo", pero en ese momento mira descaradamente a la cámara, esa mirada nos dice lo contrario, vuelve a repetir "Sí, lo prometo", con sus ojos nos vuelve a decir la verdad.

Ese aire de libertad que mueve a la película, y a la ideología de esa época, es tratado de manera sublime, mediante las peleas constantes entre las psicologías de ambos personajes, Ferdinand dice: "Yo estoy lleno de pensamientos, tú estas llena de sentimientos; por eso no podemos sostener una conversación". Ambos escapan constantemente de unos traficantes de armas, y eso es lo que hace sentir viva a Marianne, ella no quiere dinero, libros o vinilos, ella quiere sentirse viva y eso, realmente, es todo lo que cuenta.

La cámara también sirve para contar lo que uno siente o piensa, en este caso, Ferdinand no sabe qué sentir cuando Marianne le dice que está viva, simplemente mira lo que dice sin entenderla, pero en ese momento dice: "Nosotros estamos hechos de sueños, y los sueños están hechos de nosotros". ¿No es acaso la misma relación que sostenemos con el cine? Nosotros estamos llenos de las historias de romances, desventuras y fantasía que leemos, vemos y escuchamos; pero también estas historias están llenas de lo que nos pasa a nosotros.
Entonces Godard propone: "El cine es verdad venticuatro veces por segundo".

La nouvelle vague se caracterizó por la despreocupación de las reglas cinematográficas "clásicas", lo que algunos considerarían errores de montaje o continuidad, son en realidad deseadas por el director para darle ese soplo de vida a sus películas, los personajes saben que están en una película y le hablan a los espectadores, hacen confesiones, nos explican lo que sienten, de esta manera la película entabla una relación con nosotros cada vez que se la vea.

No debo olvidar la belleza de cinematografía de esta película, el Techicolor sale de la pantalla, el cielo celeste, el mar azul, los vestidos de Marianne, todo encierra a los personajes y los mantiene cautivos, hasta que finalmente encuentren la libertad entre el cielo y el mar. Es notable la secuencia en la "fiesta" a la que asiste Ferdinand con su esposa en el inicio del film, las conversaciones que mantienen aquellas personas, parecen extraídas de anuncios publicitarios, Ferdinand escapa raudamente de aquello.
La canción que nos acompaña gran parte del film, es melodía perfecta de todos los momentos de melancolía / tensión / miedo. Fue usada nuevamente por Berdardo Bertolucci para su película "Dreamers" con Michael Pitt, además se usaron escenas de A Bande à part, también de Godard, Godard no le cobró ni un centavo por introducir imágenes de su film.

Para terminar cito las palabras del director Samuel Fuller que hace un cameo en la película, ante la pregunta de Ferdinand que le dice, "Siempre he querido saber, que es una película exactamente", a lo que le responde: "Una película es como un campo de batalla, es sobre el amor, el odio, la acción, la violencia, la muerte; en una palabra, emociones.